Los doctores junto a mi padre me sentaron en una silla de ruedas. Me pusieron una sábana para cubrirme, estaba solo en bragas y en sujetador.
Aunque ya había despertado, no me sentía muy bien. Todavía tenía el alcohol dentro de mí, no sabía ni donde estaba. Se me movía la cabeza de un lado para otro. Con suerte supe donde estaba y quienes estaban a mi alrededor.
Intenté abrir los ojos lo máximo que pude. A mi derecha estaban los chicos sentados,con lágrimas en los ojos. Me dolió muchísimo verles así,y por lo que parecía,a ellos también.